sábado, 30 de diciembre de 2017

Año Nuevo.

Ha sido un año muy diferente a los demás. Ha sido un año lleno de cambios en todos los sentidos, en el amor, en la amistad, en la familia, en la gente que entra y se queda, y en la gente que entra y se va.
Ha sido un año de locuras que jamás pude imaginar, mi vida a cambiado, no de la noche a la mañana, pero sí a lo largo de este tiempo. ¿Sabéis lo mejor? Lo mejor es que me encanta. He tenido momentos malos de los que hoy no quisiera acordarme, y es que la felicidad rompe con todo, la felicidad llena vacíos incomprendidos, trae lo bueno y echa lo malo atrás.
Ha sido un año de ''mañana estás en lo más bajo pero al otro estás en la cima más alta'' y créeme si te digo que no quisiera bajarme ni que me bajaran de esta nube. Tú eres el volante de tu vida, tú eres quien decide a donde girar, a dónde dirigirse, eres el motor que arranca o dejar apagado.


Este año he luchado. He sido valiente. He perdonado y me he perdonado.
Este año todo lo que un día pensé que nunca iba a conseguir, que en mis más profundos sueños nunca se iban a cumplir, todo, todo pero todo, se ha cumplido día tras días, sin esperarlo, sin sentir que llegaba, simplemente, un día comenzó a entrar en mi vida cosas buenas, cosas que mi gente quería que me llegase, que me decían que era hora de sentirme libre, sentirme protegida, sentirme... Mayor. Responsable. Agradecida. Afortunada. Afortunada por todo lo que ha venido, por lo que queda por venir, por todo los segundos que he disfrutado como si no hubiera un mañana, como si hoy se acabara todo, como si mañana lo que vivía hoy desapareciera.
Nunca creí cuando me dijeron que mi sitio estaba en ese lugar, que tenía que conocer a tales personas, que iba a salir día y noche siendo el cielo testigo de mis ocurrencias.
Tengo miedo, claro que tengo miedo, miedo a que esto se acabe, pero igual tenía miedo a que esto nunca ocurriese y ha ocurrido, por eso vivo cada segundo y cada minuto porque me he dado cuenta que si no me siento viva en esta vida parezco una muerta en vida.
Quería cambios y aquí los tengo, quería crecer y lo estoy haciendo. Quería abrazar a mi familia como nunca en esas pocas veces que la veía, quería disfrutar de ellos cada respiro que había, porque es lo mejor que tengo y es lo que más necesito.

He llorado y he reído en un lugar lejos donde me encontraba sola, donde no encontraba apoyo y he sabido superarme sin pensar en que necesito a alguien, solamente me necesito a mí misma para ayudarme. Luego están los que se quedan y nunca se van, los que me han dado razones para yo también quedarme y razones por las cuales irme, me quedo con motivos pero también me voy si los tengo. Y sí, en ambas partes los he tenido. He tenido que cerrar puertas por quienes pensé que eran mi otra parte, he tenido que borrar de mi mente momentos inigualables, he tenido que sonreír cuando no había cojones de hacerlo, he tenido que morderme la lengua para comenzar a ser feliz, y he aprendido... Que nadie te conoce realmente, que no debes enseñar tu mejor o peor parte de ti, y aunque yo casi lo haya hecho, ten por cierto que nadie me conoce ni he querido que lo hiciesen y ahora es cuando se sorprenden por las cosas buenas que me han estado ocurriendo.
Que no olvido cómo he actuado en momentos jodidos, en cómo he tirado la piedra y me he ido, no olvido mis errores, mi mala cabeza y mi carácter que a veces es una mierda, no olvido que yo también he sido el problema.
Que eso, nadie se crea que no soy consciente.

Ahora soy alguien nuevo, ahora soy quien quiera que sea gracias al tiempo,ahora que sé tanto y a la vez tan poco, quiero decir que este año he aprendido a valorarme y a ser muy feliz, a aprender que no hay mejor cariño que las personas buenas en tu vida y que mayor frío las que hacen daño y ni siquiera se han dado cuenta.

Ahora he de decir, por una vez y con una gran sonrisa entre mis labios, Feliz año 2018, que todos vuestros sueños se cumplan y nunca os vengáis a bajo. Queda mucha vida por vivir.

                                                               NN.                         

domingo, 10 de diciembre de 2017

Lucha, que la vida promete aunque ahora no lo veas.

¿Sabes esa sensación de sentirte libre, que tus pies caminan únicamente solos sin necesidad de forzarlos tú mismo?
Esa sensación es la mejor de todas, créeme, así me siento.
Tu imaginación vuela, todo comienza a fluir sin que tú hagas nada, comienzas a sentirte verdaderamente bien en donde te encuentras hoy, lejos de tu pasado, lejos de personas que te hacían mal, que te agobiaban, personas que no iban a quedarse más tiempo a tu lado porque deben de estar lejos de ti, muy muy
 lejos. Esa sensación que llevas tiempo queriendo sentir, ha llegado, sin prisa, sin pausa, cuando tenía que llegar. Te encuentras rodeada de gente nueva, de gente que valora cómo eres y lo que haces día a día, tu esfuerzo, tus ganas de sonreír, de enamorarte, de bailar bajo la lluvia sin lluvia, en una discoteca junto con un Gin tonic, o simplemente, en mitad del campo oliendo a hierba recién mojada, flores floreciendo, pájaros cantando todas las mañanas.
Te sientes libre, haciendo lo que más te gusta, levantándote cada mañana diciendo: hoy va ser otro día bueno; y aunque haya días tristes, tu sonrisa apagada vuelve a encenderse al cabo de unas horas, y nunca se va, nunca la dejas irse porque hoy te sientes agradecida, afortunada de vivir lo que hacía mucho tiempo tenía que haber llegado a tu vida, y tras tu mérito, aquí lo tienes. Aprovéchalo. Siéntelo. Tal vez se vaya, ta vez no.
''A todos nos llega tarde o temprano lo que un día comenzamos a luchar para que se cumpliera.
Sólo es eso, lucha por lo que quieres, por lo que deseas, lucha por que sí porque te da la gana, lucha porque sabes que tienes que vivir cada segundo, cada minuto, disfrutar de la vida, disfrutar de los pequeños momentos lejos de tu ciudad pequeña''

NN.