Capítulo 2:
Un
hombre sale de una puerta y se dirige a su mesa para sentarse en la
silla, tiene un despacho muy amplio y bonito, otro ventanal con
vistas a la calle, plantas en los lados, cuadros en las paredes,
títulos enmarcados y también colgados, en su mesa había varios
papeles en cada extremo y en mitad una placa con el nombre de D.
Javier Pérez Acosta y ahí estaba él, el mismo hombre que me
cruce en el ascensor esta misma mañana.
-Buenos
días señorita Marta, siéntese -dijo serio y mirándome fijamente.
-Buenos
días -me siento mientras saludo.
-He
estado viendo su curriculum vitae y me parece fascinante- hace una
pausa y bebe agua- licenciada en Empresariales con un 75% de las
materias además de aprobadas con muy buena nota, tiene experiencia
como atención a cliente en otro banco donde duró más de un año.
-Sí
-asentí con la cabeza mirándole nerviosa.
-¿Qué
ocurrió para que se fuera de aquel banco hace 5 meses?
-Trabajaba
en el banco de mi pueblo, sentía que me ahogaba trabajando y estando
en casa cuidando a mi madre, necesitaba venirme a la ciudad,
respirar otro aire y olvidar que falleció.
-Entiendo,
lo siento por lo de su madre -contentó seriamente- bueno, quería
verle personalmente y cumple todos los requisitos pero necesito
seguir llamando a más gente, por lo tanto puede esperar a mi llamada
desde entonces.
Venga
ya...¿En serio?
-Muchas
gracias, le agradezco que me haya llamado -me levanto de la silla con
una sonrisa y me quedo frente a él.
-Bien, que
pase buen día- se levanta también y alza el la mano para que se la
estreche.
-Esperare
su llamada, que también pase buen día- le respondo con mi mano
estrechándola junto a la suya y me vuelvo andando hacia la puerta.
-¿Usted y
yo no nos hemos cruzado antes?
-Creo que
sí, buenos días – le respondo con una pequeña sonrisa a penas
sin mirarlo, abro la puerta y cierro, me quedo apoyada en la puerta
respirando muy agitada.
No me
creo que no me hayan cogido aunque diga que me llamará. Qué
casualidad...Encima es mi vecino de enfrente....
Salgo
del edificio y la entrevista a durado como 17 minutos, me vuelvo a
casa, camino pensando en si me van a coger o no. He llegado a mi
edificio, abro la puerta y voy directamente a los buzones, abro el
mío y veo que tengo una carta de la luz, cierro el buzón, me doy la
vuelta le doy al botón del ascensor pero me giro antes de que llegue
otra vez a los buzones, y con una mirada rápida busco a Javier Pérez
Acosta.
¡Aha!
Con que eres tú...
Por
fin en casa, me quito los tacones y dejo el bolso en el perchero, las
llaves en la mesa de enfrente con un ramo de flores al lado que
todavía no me decido si tirarlo, voy hacia mi habitación y me pongo
otra ropa, he decidido un pantalón de deporte con una blusa de
tirantas junto con unos tenis. Voy a la cocina y miro el reloj... Es
muy temprano... Me cojo un vaso de zumo de naranja y me dirijo hasta
la habitación de invitados donde tengo a mi peor enemigo: la
bicicleta estática.
¡Vamos
allá Marta!
….
20:05
Vaya día más aburrido, a penas he hecho nada, fui a la entrevista,
volví, me puso hacer ejercicio, acabé pronto porque me cansé, comí
a la hora del almuerzo, salí a comprar, ande un poco por los
alrededores y eso si... Me encontré con él otra vez en los
buzones... Nos quedamos mirando fijamente cuando nos vimos de
frente, creo que no nos esperábamos, le di las buenas noches y evite
el ascensor subiendo tres pisos por las escaleras. Cuando llegué él
ya había entrado en su casa, yo entré en la mía dejando las bolsas
en la encimera de la cocina y cogiendo una tarrina de helado de
vainilla light junto con mi portátil.
Cuando
me senté lo encendí y vi mi correo, pues tenía unos cinco mensajes
de quien no quiero recordar haber conocido.
Me
acuerdo de pronto que tengo que salir tirar la basura. ¡Mierda!
¿En serio? No me apetece.
Pero
me obligo y la cojo, bajo al portal y me encuentro entrando a Javier,
me sujeta la puerta y le doy las gracias, va un poco serio aunque sea
serio de naturaleza por lo que he visto, pero estaba como de bajón,
a penas me sonrió cuando le di las gracias y hasta luego, ¿tendrá
que ver con mirar el buzón cada vez que baja? Seguro que tiene esa
cara de serio por un desamor, normal, yendo así de serio las
espanta.
Aunque...
He reconocer que es bastante guapo y que cualquier chica se fijaría
en él.
Giro
la cabeza hacia ambos lados y tiro la basura en el cubo. Subo y
entro en casa.
Sigo
con mi portátil y mi helado, por fin en casa...
Vuelvo
a entrar en mi correo, no me atrevo a leer cada uno de esos
mensajes...
Cierro
rápidamente la página y empiezo a escribir unos poemas que tenía
en mente desde esta mañana.
22:16
He escrito todo por hoy. Ahora toca peli de acción. Voy hacia mi
cuarto y cojo del armario unos altavoces medianos. Los conecto al pc
y pincho en la peli.
00:09
Alguien toca al timbre. ¿Quién es a estas horas? Me levanto y voy
hacia la puerta, miro por la mirilla y me giro corriendo contra la
puerta. No puede ser...
Abro
la puerta y es Javier, ¿en serio?, cuando abro él se queda mirando
mi pijama de piñas con cara extraña, ¡Oye me encanta las piñas!
Sube la mirada y se fija en mis ojos.
-¿Ocurre
algo? -le digo nerviosa y asombrada.
-Ocurrir,
ocurre que no me deja dormir y mira que hora de la noche es -responde
con esa cara de serio que ya me da hasta miedo- te importa bajar esa
película de tiros que estás viendo porque mañana trabajo.
-¿Cómo?
Pero si no está alta -le replico frunciendo el ceño.
-Pues
yo la estoy escuchando y no me deja dormir – me responde apoyando
el brazo en la pared.
-Bueno,
perdona, no pensaba que estuviera alta, ya ha terminado, así que no
tendrás problema.
-Genial
pero la próxima vez bajas un poco el volumen.
-Sí,
sí, como usted mande- le digo guaseándome.
Y
una vez en su puerta se gira y me mira con una corta sonrisa, entra
en casa y casi para cerrar la puerta a la vez que yo...
-Bonito
pijama de piñas
Me
miro el pijama hacia abajo y subo la mirada hasta él- Me queda
divino que lo sepas-
sonrojada
le respondo.
-No
le he dicho que le quedase mal, al contrario- cierra la puerta hasta
con llave.
Cierro
la mía y pongo los ojos en blanco.
Bonito
pijama de piñas dice el tío serio este. Anda que el suyo, pantalón
de chandal azul marino y camiseta de manga corta gris junto con unas
zapatillas de casa blancas.
¡Vaya
estilazo vamos!
Eso
sí, le quedaba espectacular, con esos músculos que bajo la camisa
blanca de esta mañana no se notaba a penas.
Toca
dormir, mañana tengo que hacer papeleo por la casa de mamá. Pff...

