Me he quedado vacía. Digo esto porque mi boca ha dejado de temblar mientras mis manos escribían sin parar. No tengo nada que decir y menos que contar.
Que hubiese preferido que fuera de otra manera pero me tocó conocerle así, tan imperfecto, tan irónico, tan prepotente y tan sabelotodo, que me hubiese gustado que en él se hubiera abierto una persona nueva por quien querer conocer, que las ganas de verle no fueran negadas por las falsas esperanzas, que echo de menos conocer a alguien verdadero y fiel. Fiel a los besos, a las caricias, a las cosquillas, a frotar las mejillas, a no irse, a no volver, fiel a alguien ya sea la indicada ya sea sin un por qué.
En mi vida ya estuvo alguien así, de esas personas que cuando hablan es mejor que tengan la boca cerrada, le intenté conocer, él conoció todo de mí, y eso, no fue suficiente para que fuera a bien. Se ha vuelto, después de tantos años, a topar en mis ojos alguien casi igual porque todavía no puedo afirmar que sean idénticos, no sé si me molesta más que lo sea o que pueda estar equivocándome. Pero sé que no. Algo me dice, que es lo peor que puedes sentir, es que él no debe estar en tu vida, no debe avanzar conociéndote, no debe seguir mirándote de cerca susurrándote al oído lo buena persona que eres, lo bien que le has caído. Quiero recordar a mi yo del futuro, que aunque dude, no se arriesgue, ya que, puede hacerlo sin rabia en el corazón, por otra persona aún mejor, esa que todavía espera a que aparezca.
NN,

No hay comentarios:
Publicar un comentario