Me mantengo firme, despertándome de cualquier sueño que mi mente me quiera sumergir.
Tengo una extraña sensación de soledad junto con tristeza de la cual sí de verdad no quiero ni me dejan despertar.
Hundo mis lágrimas en pañuelos cuyas terminan siendo cada una de ellas un sentimiento del que quisiera atormentar a otros que merecen mucho más.
Me mantengo viva pero dentro es como si estuviera casi muerta sin ningún sueño. Me mantengo feliz, y en realidad, echo de menos la verdadera felicidad, pero me acomodo en una falsa sonrisa que nunca sabrán si será de verdad.
Son tan hipócritas, tan innecesarios en vidas ajenas como en la mía, que me pregunto por qué habitan y no se desquitan de ella, ya que, no le supone ni ningún premio ni ninguna sabiduría.
Cada día son peores y por más que lucho por ser un poco más fría y menos débil tras sus criticas malintencionadas, peor me siento conmigo misma de no poder llegar a serlo. Me duele escucharlas pero me alegro también de hacerlo, no hay mejor puñal que el que acabas viendo.
Y por ello me pregunto: ¿qué les he hecho si no me conocen?
¿Quién ha sido capaz de crear tales monstruos? Quisiera que alguien viniera y me respondiera pero no con un: así son las personas. No, quiero que me responda con verdaderos argumentos, que me expliquen porqué no trato de entender que hay personas que destruyen sueños.
¿Por qué han aparecido en mi tranquila vida? Porque para mí no son nadie sino desconocidos.
No quiero sus saludos falsos llenos de millones de enfados e insultos, no quiero nada pero he comprendido que ni de ellos ni de nadie. Sólo me necesito a mí misma en estos casos.
Tengo una extraña sensación de soledad junto con tristeza de la cual sí de verdad no quiero ni me dejan despertar.
Hundo mis lágrimas en pañuelos cuyas terminan siendo cada una de ellas un sentimiento del que quisiera atormentar a otros que merecen mucho más.
Me mantengo viva pero dentro es como si estuviera casi muerta sin ningún sueño. Me mantengo feliz, y en realidad, echo de menos la verdadera felicidad, pero me acomodo en una falsa sonrisa que nunca sabrán si será de verdad.
Son tan hipócritas, tan innecesarios en vidas ajenas como en la mía, que me pregunto por qué habitan y no se desquitan de ella, ya que, no le supone ni ningún premio ni ninguna sabiduría.
Cada día son peores y por más que lucho por ser un poco más fría y menos débil tras sus criticas malintencionadas, peor me siento conmigo misma de no poder llegar a serlo. Me duele escucharlas pero me alegro también de hacerlo, no hay mejor puñal que el que acabas viendo.
Y por ello me pregunto: ¿qué les he hecho si no me conocen?
¿Quién ha sido capaz de crear tales monstruos? Quisiera que alguien viniera y me respondiera pero no con un: así son las personas. No, quiero que me responda con verdaderos argumentos, que me expliquen porqué no trato de entender que hay personas que destruyen sueños.
¿Por qué han aparecido en mi tranquila vida? Porque para mí no son nadie sino desconocidos.
No quiero sus saludos falsos llenos de millones de enfados e insultos, no quiero nada pero he comprendido que ni de ellos ni de nadie. Sólo me necesito a mí misma en estos casos.

No hay comentarios:
Publicar un comentario