Pienso que las miradas más bonitas son las que nos reflejan el alma.
Nosotros mismos somos quienes hacemos que nuestras miradas
sean diferentes a cualquier otra mirada.
Y es por ello, por cómo te miro cada vez
que nos cruzamos.
No sé lo que puedes llegar a pensar
ni mucho menos a sentir.
Yo solo sé que acabaré haciéndome mi propia historia,
una de esas bonitas que terminan contándose en singular.
Y sé que por más miradas que nos echemos
todos los días seguirán siendo igual,
sin una respuesta,
poniéndonos en un papel entre paréntesis
con una flecha hacía la derecha y después de ella pondrá:
Alguien de quien volví a huir.
Alguien a quien no conoceré.

No hay comentarios:
Publicar un comentario