miércoles, 15 de junio de 2016

Hasta mis ojos mienten.

Te he mentido.
Le he vuelto a ver y desde hace tiempo. A veces, nos cruzamos por casualidad y otras, otras a caso hecho.
Ayer estuve con él, comimos juntos, merendamos un café con un minipastel y acabamos sentados en un banco juntos, yo mirándole a él.
Acaricié con mi dedo índice su mejilla, luego su nariz y acabé en su boca.
Él permanecía inmóvil. Me temía que era la última vez que nos volveríamos a ver.
Se marchaba. Volvía a marcharse y me di cuenta que le quería mucho más que antes. Sé que estuvo mal aceptar su invitación,  quedarme con él y acabar besándonos en cualquier calle de Granada, pero sinceramente, necesita sus besos una vez más, el último, el penúltimo, ¿qué más dará si eran de él?
Él es la única persona que puede hacerme daño y ninguna otra, él es quien me tendrá aunque realice mi vida como quiere que así sea. Y sí,  él me va a tener en cualquier momento, en cualquier hora,  minuto,  siempre voy a estar ahí en sus malos momentos.
Él no es claramente igual que tú, es más, él es mejor que tú.
Quiero que sepas que mi autoestima por el suelo no es a causa de tus mentirosas palabras afixiadoras.
Quiero quitarme el maquillaje, el vestido y los tacones para ponerme una armadura y un casco que me cubra toda la cara, para así, aparentar mucho más fuerte sin tener que dar explicaciones ni hacer preguntas. Explicaciones de qué ocurrió,  qué ocurre y qué ocurrirá,  no quiero que nada me importe porque si me importa, acaba haciéndome daño, sufro sola y esto agota.
Te eché de mi vida para que no volvieras y por débil te volví a buscar.
Soy un desastre. Ni siquiera me mereces ni te merezco.
Ha sido un error como todos en esta media vida que llevo viviendo a tropezones.
¿Cómo te vuelvo a echar?
Ahora no quiero que te marches ya que quieres quedarte,  pues hacía tiempo que nadie se quedaba pero si te marchas me va a doler el alma.
Me molesta que un día me dijeras que me marcharse si era lo que quería y que tú lo respetarías. Ese día debí marcharme para siempre porque ni siquiera te opusiste.
Acabé queriendote o acabé cogiéndote cariño, quién sabe,  acabé rebuscando en tu corazón un hueco donde quedarme, y hoy, como un día sufriste tú por mí,  hoy sufro yo.
Quien sabe si sufriste de verdad pero quiero convertirme en una guerrera sin una venda en los ojos, usar mi escudo y acabar con todo aquello que se avalance sobre mí, así,  no equivocarme una vez más.
Te quiero matar. A besos, a balas. Te quiero borrar.
2:06. He perdido la batalla, creo que nunca volveré a luchar por nadie que no valga la pena. Hinco la bandera color blanco en el suelo y vuelvo a despedirme para cuando vuelva, nada me haga sentir.
                                                                     NN.


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