domingo, 14 de febrero de 2016

Un mes, Febrero

Hoy ha llovido después de tantos meses de invierno que parecían principios de verano.
No me han faltado ganas de asomarme a la ventada y apoyar mis manos, deslizar algún que otro de mis dedos por las gotas pegadas detrás del cristal.
Me encanta la lluvia como al igual que las calles estén mojadas, y de los árboles caigan gotas en nuestras narices, y sobre todo, el día en que te fuiste. 
Me gusta porque me acuerdo de lo felices que fuimos sin darnos cuenta, la verdad es que no me hubiera importado que te quedaras más rato.

Me encanta que mientras mis dedos escriben en las letras del teclado, caiga la lluvia y suene en los tejados.

Todavía cuento los días que me faltan para volver a verte, pero al igual sé, que nunca
vas a llegar una tarde fría de febrero para entrar a mi casa y tumbarnos frente al fuego.
Me duele el insomnio que tengo por culpa de madrugadas soñando que por una casualidad tonta y remota, nos cruzamos en cualquier plaza y nos volvemos a echar de menos.
¡Cuánto me alegraría volver a ver esos ojos verdes preciosos, ese pelo moreno sin ningún enredo y esa sonrisa perfecta que me llena de anhelo!
Sabes que no voy a luchar por este amor que está más que muerto, ni si quiera salir corriendo buscándote por cualquier calle sin venir a cuento.
Hoy no tengo excusa para volver a verte. Hoy sólo necesito cerrar los ojos y ver que tú nunca te reflejaste en ellos.
                                   NN.

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