domingo, 18 de diciembre de 2016

Un verdadero amigo.



Necesito ablandar su corazón.
Necesito que me necesite como yo a él.
Sé que no podré hacerlo
sé que me costará sobrellevarlo
pero el amor y el cariño que le tengo
son mucho más fuertes que
el rencor y la ignorancia
por un amor que a ciegas nos tenemos.

Le conocí, y al poco tiempo
supe que era mi mejor amigo,
mi mejor aliado, mi mayor dueño
de este corazón ilusionado.
Le conocí como a nadie
con su nombre y apellido,
su locura y distinción de los demás
y el cariño que llegó a tenerme
hasta el final.

Le doy las gracias por dejarme
acurrucarme en su corazón
en días tristes como
el día que me volvieron a romper
mi pequeño corazón.
Le doy las gracias por ser quien es
y que nadie le cambie.
Aunque deba retirarlo en estos momentos
ya que el tiempo me ganó la batalla
y ahora no es quien era
ni quien dice ser.
Y por ello, tengo miedo.
un miedo agotador por perderlo
porque nuestra amistad,
relación odio-amor,
como quieran llamarlo,
se acabe por la estupidez de ahogarnos
entre palabras de odio
más que de amor.

Le pido perdón por mis locuras inesperadas,
mis cambios de humor
y mis cambios de sentimientos.
Te quiero amigo.



''Porque como muchos ya sabemos, a nosotros nos rompen el corazón pero nosotros también llegamos a romper otros sin ninguna intención''.

 NN.

lunes, 12 de diciembre de 2016

Primer día de otra Navidad.



Allí estaba él, frente aquel árbol gigante de Navidad en medio de aquella pequeña plaza.
Realmente era el árbol más bonito que en años había visto, con unas brillantes luces blancas y una brillante estrella color azul arriba del todo. Tal vez no era de aquel chico de quien estaba enamorada sino de aquel árbol que me llenaba de vida. Aunque he dé decir entre risas que aunque el árbol me iluminase el alma era el chico quien me la iluminaba totalmente.

Cada vez paso que daba hacia delante los latidos de mi corazón aumentaban cada vez más, mientras que mi cabeza únicamente decía ''Retrocede,¿qué haces aquí?'' pero ignorándola yo le decía ''es el momento''. El momento de decirle que le quería. El momento que llevaba años esperando decirle sin ningún miedo. sin ninguna verguenza, estaba realmente enamorada del chico que a pocos segundos de que mis pasos dieran a andar volvió la cabeza y con brillo en  sus ojos marrones  me sonrió con una larga sonrisa enseñando sus dientes.
Corrí hacia él sonriéndole sonrojada y en el momento en que nos quedamos uno frente del otro, él comenzó a inclinarse a darme dos besos pero yo, tan feliz como siempre, le rodeé el cuello con mis brazos y le abracé más fuerte que nunca.
 Había vuelto por Navidad.
 ¿Quién  no sabía ya que tenía unas enormes ganas de volverle a ver después de tantos meses?
Creo que ya lo sabía media ciudad y que ellos llegaron a desear su regreso de haber sido tan pesada nombrándole.

-Te he echado de menos- dije mirándole a los ojos sin soltar mis brazos de él.
-Yo también, cuatro meses sin vernos, me alegro que hayas venido- contestó sin ocultar su sonrisa-
¿Por qué no me has llamado? y mejor dicho, ¿por qué no has contestado a mis llamadas?

Genial. El amor de mi vida me hace esta pregunta, ¿tan pronto?, ¿no podía esperar después de la cena? Échale valor, Nana.

 -No es que no haya querido, no he podido...- respondí bajándo los brazos y metiéndome las manos en los bolsillos del abrigo -¿te he dicho lo mucho qué te he echado de menos?- sonreí con una grandísima sonrisa.
-Nana-dijo frunciendo el ceño- empieza por explicarlo mientras nos sentamos en el banco.

Mientras nos sentábamos mi cabeza empezó a darme vueltas, era increible que después de tantos meses no hayamos hablado ni siquiera una vez y que, estando dispuesta a decirle que... Mejor dicho a explicarle... Intentar explicarle...cómo....

-¿Cómo puedo decirte que te quiero desde hace dos años? ¿cómo te digo qué siento muchísimo no haber estado ahí cuando María te dejó? ¿Cómo te digo tantas cosas sin que te vayas corriendo tanto literal como de mi vida? Nadie se merece lo que pasaste, nunca quise guardarme el secreo de que María estuvo con Pablo mientras estuvo contigo. ¿Qué clase de amiga soy en estos momentos que no tiene el valor de decirte todo esto?

-Javier, hay una cosa que no sabrás pero yo te lo explicaré muy fácil, se llama trabajo, unos están estudiando en la mejor Universidad y otros, por ejemplo yo, trabajamos en una cafetería llena de deliciosos gofres, tortitas, crepés de chocolate sufriendo por ganar míseros euros- hice una pausa mientras abría el bolso y sacaba un estuche envuelto en papel con la cara de Papá Noel riéndo- No he podido porque un año más a tu lado quiero decirte, Feliz Navidad, querido amigo.

Mientras Javier ponía cara extraña, abría el regalo sin decir nada, no podía dejar de mirar sus labios enrojecidos y casi morados por el frío.

-¡Javier, venga ya!- solté de repente interrumpiéndole y mirándole con cara de puchero- venga, ábrelo, te va a encantar.
-Eres de lo que no hay, Nana, pero..- se calló de repente cuando abrió la caja y dentro había un Rolex color negro con los números y manecillas color gris- ¡Está guapísimo! ¡Me encanta, en serio! ¡Cómo te quiero!
-Si, si, muchos alagos pero dame dos besos,¿no?- dije rozando con las yemas de mis dedos sus cálidas mejillas- y.. yo también te quiero.


Continuará...
NN.

lunes, 28 de noviembre de 2016

Miradas.

Pienso que las miradas más bonitas son las que nos reflejan el alma.
Nosotros mismos somos quienes hacemos que nuestras miradas
sean diferentes a cualquier otra mirada.
Y es por ello, por cómo te miro cada vez
que nos cruzamos.
No sé lo que puedes llegar a pensar
ni mucho menos a sentir.

Yo solo sé que acabaré haciéndome mi propia historia,
una de esas bonitas que terminan contándose en singular.
Y sé que por más miradas que nos echemos 
todos los días seguirán siendo igual,
sin una respuesta,
poniéndonos en un papel entre paréntesis 
con una flecha hacía la derecha y después de ella pondrá:
Alguien de quien volví a huir.
Alguien a quien no conoceré.
Alguien que por alguna manera ya no siento igual que por otra.
NN.



martes, 15 de noviembre de 2016

Carta de huida.


Dejo a mis recuerdos una carta de despedida de cuando decidí marchar hacia la felicidad.


Soy una cobarde por el simple hecho de huir.
Ante nada, quisiera explicar el por qué de esta carta:

Huyo del amor traicionero, manipulador,egoísta y sin un mínimo sentimiento.
Huyo de las pocas letras que atraviesan mi pecho.
Huyo de la soledad queriendo ser corrompida por el tiempo, y que, nunca acaba por resquebrajarse.
Huyo del ahora y el después cuales ambos no quisiera volver a ver.

Huyo por el mero hecho de cambiar mi forma de ser, de ser un poco más pícara y dejar de ser tan buena con aquellos que le di todo sin ser yo feliz, aquellos que solo merecen totalmente mis desprecios,
huyo de mis errores inolvidables, de mis faltas de asistencia huyendo, otra vez, por miedo. Huyo de desprecios ocasionados sin respeto hacia a mí,
simplemente huyo de la vida que tengo para llegar un día a ser feliz.

Huyo porque estoy cansada, nunca por que sí. El agobio recorre mis vasos sanguíneos de mi cuerpo rompiendo a su paso las ilusiones que quedan para, como ya he dicho, ser feliz.
Huyo de esta vida llena de problemas cuales sin duda alguna y apretando los dientes decidí afrontarlos con la cabeza bien alta, la sonrisa perfecta y el brillo en mis ojos resplandeciendo a personas por mi paso.
Huyo hacia un olvido que claramente es imposible pero que, añadiendo que soy de esas personas que no creen en lo imposible y tratan por hacer todo posible.

Huyo sin llegar a huir porque tengo las alas atrapadas entre mi espalda queriendo ser quemadas, intentando que sean algún día escuchadas.
Alguien, a quien no quiero nombrar y olvidar ,me dijo una vez que huir no es la mejor forma de arreglar ni tus problemas ni tu vida. Yo, ante tal respuesta y la más lógica jamás oída a todas mis preguntas, asenté con mi cabeza y decidí a esperar.
Hoy, después de un largo tiempo de mi corta vida, debo decir, que he intentado todo y mucha más para no decidir las cosas con presteza.

Todo me ha resultado ser en vano. Y siento, con la mano en el corazón, que ha llegado el momento de mi marcha, una marcha no forzada sino sintiéndola con ganas, una marcha que hace palpitar mi corazón inmaduro, dando señales que es la oportunidad, mi oportunidad, mi realidad, mi salvación hacia un nuevo cambio, hacia una nueva vida, sin más preámbulos, hacia mi felicidad.
              
                                                                                  NN.



lunes, 31 de octubre de 2016

Le dije.

Le dije que me ahogaba en el mar de sus recuerdos.
Le dije que le amé en silencio y luché por un amor que nunca fue verdadero.
Le dije que la esclavitud de mis labios nunca serían liberados sin uno de sus besos.
Le dije que únicamente le amé en sueños pero un día entré en ellos sin saberlo.
Le dije que me marché por no seguir luchando por él.
Le dije que si luchaba caería en la primera emboscada.
Le dije tanto.
Le dije tan poco.
Que acabé sin decir nada
y muriendo lentamente
por sus besos.

NN.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Amor y desamor.

Ya nada me duele. De verdad que lo pienso y así lo digo, con valor, con seguridad.
Ya nada sobre el amor me duele.
Ya no siento.
Ya no dejo de parpadear tras una mirada.
Tal vez sea porque no la tenga,
tal vez sea porque no quiero ni me apetezca tenerla.
No es un delito.
Es parar a pensar mejor las cosas.

Créeme si te digo, que si llegase alguien a mi vida no tardaría en echarle.
Me he encerrado tanto en el desamor que al final le he cogido cariño y pienso que no estoy preparada para  ese nuevo amor.
Sé que pude haber tenido mi tiempo de haber tenido el valor de conocerle y que, el hecho de que tenga ahora novia no significa que me moleste, al contrario, me agrada y ojalá sea muy feliz.
Yo solo me limito a ser feliz sola y acompañada de mis amigas, no necesito nada más que tranquilidad y la alegría que provocan con cada una de sus risas.
No quiero otras que me desvelen por la noche sintiéndome enamorada de ellas.
No quiero otra risa en mi vida que me enloquezca.
Simplemente quiero y necesito estar a gusto conmigo misma para así, cuando toque mi puerta el señor "amor" esté lista para cogerle con fuerza y sin pensar en el pasado dolor.

No me arrepiento de estar soltera.
Me arrepentiría estando lo contrario y amando forzosamente a alguien que nunc llegaré a amar, que haré sufrir, que me hará sufrir, que nos volveremos enemigos a los pocos segundos, el saludo se perderá y hasta las ganas de hacerlo.
Para perder, no pienso mover ninguna ficha si no es estando segura.
Siempre lo he hecho y he acabado volviéndome loca con los sentimientos, que si esto no, que si esto sí.
Hoy me limito a ser feliz y hacer feliz a quienes quieren quedarse en mi vida, y quienes no quieran ni mi amistad que ni siquiera se molesten en entrar.
No siempre el amor debe estar de por medio,
no siempre tenemos que ser amigos con el amor entre nuestros dedos.
Podemos ser simplemente amigos sin decirnos te quiero.
Porque siempre me costará decir esas dos palabras con esas ocho letras. Ahora y siempre.
                                           NN.

lunes, 3 de octubre de 2016

Amor prohibido

Sé que nuestro amor está prohibido, 
que tú tienes a tu pareja y yo tengo tu olvido. 
Estoy en un túnel  largo y oscuro 
que no me deja verte con otros ojos que no sean los tuyos.
 Tus ojos muestran sinceridad, verdadero amor,
 verdadero sentimiento por ese alguien tuyo, 
muestra seriedad y fidelidad. 
Pero, no siempre muestran todo eso, 
también muestran lujuria, anhelo de mis labios 
y tortura de mis ojos.

La tortura es la que yo vivo sin no poder besar esos labios 
que un día fueron míos.

Mi mano te la llevaste cuando te rocé el corazón 
y ahora no puedo tocarte ni si quiera por esa razón.

Es duro verte con ella al igual que es duro
 ''viendo el amor desde el banquillo''.
Y yo esperando a un beso tuyo
 que me lleve a eso que llamamos infinito. 
                                                                                     NN.

viernes, 30 de septiembre de 2016

Poema del ayer.

Te he buscado en millones de canciones. 
He intentado hallar tus labios, tus ojos y tus mejillas,
pero únicamente acababa escuchando tu adiós, frío y distante,
vacío y abrumador.
Así quedaron los pasillos del instituto; 
Fríos y vacíos sin nosotros.
Recuerdo cuando todos los días nos cruzábamos,
nuestras miradas se quedaban clavadas una tras la otra,
hoy me duele que ya no pueda mirarte aunque sea 
transmitiendote  por los ojos el cariño que te tengo en silencio.
Contigo siempre en silencio.
Contigo siempre tan cerca y siempre tan lejos.
Rozando cada uno de nuestros dedos disimuladamente 
para que nadie supiera que nos queremos.
Hoy estás lejos como los pasillos.
Sé que ya no será lo mismo sin ti,
sin un poco de "nosotros".
Extraño tu rostro, por eso acudo a canciones
donde pueda recordarla sin miedo.
Donde pueda recordarte más cerca,
donde no tenga que lamentarme por no
haberte dicho "te quiero".
Por no haber corrido de vedad hacia a ti.
Por tener miedo y dejarte ir.

Créeme si te digo que volvería a vivir
cada uno de esos momentos 
pero si te soy sincera, quisiera decirte
que te besaría sin frenos,
ya que eres solamente tú 
quién me hace vivir y sentir de verdad.
Aunque con una mirada tuya 
eres capaz de llevarme al mismísimo infierno
y a la vez convertirme en un ángel enamorado
aprendiendo a decir:
"espérame que aún yo sí te debo tus mejores momentos".

NN.

lunes, 26 de septiembre de 2016

El chico misterioso de la cafetería Rosie's (2)

Han pasado ya dos semanas desde que le dejé con la boca abierta en medio de aquella calle.
Nadie sabe como yo,el dolor que me invadió el pecho aquel día, cuando tuve que mirar hacia delante sin poder mirarle una vez más, sin tener el valor de decirle que me dejó hace cuatro años con una enorme rabia en el corazón y, tristemente, no sé cómo curarla.
¿Pero decidme vosotros cómo curo una herida que siempre por mas que la cierro siempre acaba abriéndose?

¡Marta! ¡Marta!- dijo gritándome en medio de la calle.
Puedes gritarme tan fuerte como quieras pero nunca te responderé a preguntas que hace tiempo te dieron igual- le contesté sin mas preámbulos y con lágrimas en los ojos, giré sin ser yo quien mandara  a mi cuerpo. No comencé a correr sino dedique a mis pies una caminata tranquila para que el viento no me diera más de la cuenta en la cara.
Sé que se quedó más tiempo hasta que yo crucé la calle y la oscuridad me absorbiera. No sé cómo pero lo sé, sé que por fin la culpa le percató por mis palabras luchadoras ante un guerrero que no es quién dice ser. Es un guerrero egoísta a cual amé sin importarme otra cosa que no fuera él. Me enamoré. Tenía miedo de algún día hacerlo y que me partieran el corazón como ya ocurrió, pero es así como aprendemos y nos damos cuenta que la vida no es para vivirla sin preocupaciones. O al menos eso pienso yo.

Escribía, escribía en mi blog una y otra vez hasta que pasaban los días y el dolor, la decepción y el sentimiento que renacía este amor se convertían en ceniza como la leña de mi chimenea.

Quería volver para hablar las cosas de un modo más civilizado pero a la vez, quería matarlo, borrarlo, no de esta vida, sino llevarlo a otra calle, otra ciudad, otra provincia y hasta otro país. Lo único que quería sin ser ninguna amenaza era que se ocultase en dónde quisiera para que yo nunca le pudiera encontrar- le dije a Alicia por teléfono.
Ella  sólo se dedicaba a escucharme porque no se creía lo que me había ocurrido, estaba en shock.
La persona que llevas  años intentado olvidar aparece un día de la nada sin ni siquiera reconocerte- contestó ante mi última palabra- siento y no sabes cuánto lo que te ocurrió, ojalá hubiera estado allí para decirle cuatro barbaridades y también, que nunca se vuelva a acercar a ti.
La cruda realidad es esa, Ali, siempre Javier ha sido así, especial por describirlo de alguna manera.Ya no me duele el haberse marchado sin decirme nada, ahora me duele el hecho de no reconocerme- intenté explicarle de alguna forma a Alicia lo que llevaba dentro todos estos días, y sin poder evitarlo, mis lágrimas volvieron a caer.
Te quiero vida, mañana me lo cuentas si hoy ya no puedes con las palabras, además es tarde, y quiero que te acuestes. ¡No te olvides de la valeriana!
Así es cómo se terminó la conversación por teléfono entre ella y yo. Llena de dolor inexplicable y a la vez tan aliviador.

Nunca me faltaron las ganas de volverle a querer y ahora, mi corazón está en pausa pero mi mente, siguiéndola, es decir adiós a alguien que nunca supo apreciar el cariño que le daba.
No volví a saber nada de él, si te soy sincera lector, he querido saber pero si lo hacía,sabría que sería una persona inmadura y no avanzaría porque así ha sido con él, nunca podía avanzar ni para un lado ni para otro sino me esperaba un camino desviado cuya pancarta decía: Si buscas la felicidad por este camino la vas a encontrar.

Hacia allí me dirigí y nunca me hizo falta su recuerdo a menos que me topara con alguien nuevo con su misma personalidad para recordar lo mal que lo pasé y echarlo sin tener que decirme un por qué. Ya lo sé.
Hoy tengo el corazón abierto para quien quiera estar, pero lo echaré sin duda alguna si no va fiel a él.

        FIN.
                                                 NN.


jueves, 15 de septiembre de 2016

Corre,pero tampoco huyas.


Nunca quise que me desordenaras la vida. Al contrario, quise que pudieras ordenarla.Mi mente vivía en el país de Nunca Jamás siempre volando a cualquier lugar.
Nunca quise llenar mi corazón de tinta, describiéndonos  en simples palabras, sino sólo quise que fueras sincero a la hora de pedir perdón. Nunca hizo falta que me mostraras tus verdaderos sentimientos, simplemente quise apoyar la cabeza en tu hombro, echar unas cuantas lágrimas y escuchar de tu boca " Tranquila, todo cambia. Así es la vida. Buena y mala".
Pero siempre cada mañana un rayo de sol cruzaba los huecos minúsculos de la persiana proyectando una línea recta y sutil hacia el lado derecho de mi cama quedando iluminado y haciéndome pensar que aunque no permanecieras ahí tumbado mi sonrisa quedaría siempre puesta.
Y tras esto tengo dos opciones: vivir naufragando en tu recuerdo o vivir intentando volver a sentir. Claramente, eligo la segunda porque prefiero volver a sentir que naufragar en medio del océano sin rumbo el cual querer tomar.
Cuántas cosas  y cuántos sentimientos han cambiado. Por ejemplo, en los vasos de agua ya no me ahogo y que, no debemos vivir con prisa, y vivir con prisa cada día significa  aprovecharlo al máximo.
Si vives  por vivir nunca llegarás a ser feliz y las calles por las cuales pases cada una de sus farolas se apagarán como si fuera una desilusión de que no estás como piensas de verdad. Estás  mal.
Mi caso es huir  de todo y de todos. Huyo de los problemas que acaban ocasionando la verdadera razón de las cosas y sencillamente tengo la obligación de echarlos a un lado,así porque sí. Cuando en realidad, no puedes echarlos a un lado, ya que si  a tu vida han llegado son para que aprendas afrontarlos por muy difícil que sean, hazlo, porque si no lo haces el toro te habrá llevado por delante y ya no sabrás cómo arreglarlo.
                                  Corre pero tampoco huyas.  
                             
                                                            NN.

martes, 30 de agosto de 2016

Sin título.

Ahora que estás lejos, te dejo en libertad
para cuando regreses-que no es el caso- te odie un poco más.

Deseo que te vayas de mi mente.
Deseo que huyas hacia el amor que no hacia mis besos.

Tu dulzura me abarrota en estas cuatro paredes,me hace libre, me alborota y luego...
Luego me engaña como si fuera idiota.

Si la amas huye tras ella.
Prefiero que huyas a que te quedes esperando un te quiero de mi voz.
De mi ser. De mi corazón.

Prefiero que estés con ella que termines mintiéndome y volviéndome loca.
Vete. Huye te he dicho ya.

Mi corazón está curado de espanto como aquel día que me dejaste de amar.
No te sientas culpable por el dolor, más me siento yo por haberte querido en silencio un año tras otro.

Te escribo por el peso acumulado en la espalda que tengo,pero aunque acabe escribiendo de ti siempre me hago un favor a mí.
Y aunque sé que no me esperarás en el porche quiero decirte que yo tampoco pienso salir.

Ya te busqué un día y me siento imbécil, aunque quisiera volverlo a hacer así es como me vuelvo a mentir una y otra vez.
                                          NN.

jueves, 25 de agosto de 2016

El chico misterioso de la cafetería Rosie's.

Allí estaba yo. Sentada en aquel sillón color blanco frente a una taza de café con leche encima de aquella mesa redonda de color negra. Entre mis manos tenía abierto el libro del escritor Fiódor Dostoievski, concretamente, mi novela favorita, Noches Blancas.
Recuerdo la primera vez que topé con ella, tan romántica y a la vez tan apenada, como también cuando comencé a leerla cada noche antes de irme a dormir, leía siempre una de las cuatro noches y una mañana de la que se compone. 

Alguien empujó la puerta principal de aquella cafetería llamada Rosie's. Apareció de la nada un chico alto, vestido con un abrigo bastante grande de color gris y al rededor de su cuello llevaba una bufanda color rojo. Al mismo tiempo que le observaba, él se quitaba el sombrero que llevaba puesto antes de entrar y con sus dedos se peinaba su cabello negro. Bajé la mirada unos minutos intentando volver a leer el momento en el que me había quedado en la novela, era totalmente inútil seguir, pues  me había desconcentrado aquel chico tan guapo y misterioso.


Sin darme cuenta, alguien se paró frente a mi mesa observándome, aunque en realidad, no era a mí a quien observaba sino a mi libro.
Yo, completamente distraída, comencé a levantar los ojos lentamente hacia aquella persona inmóvil. 
Resultó ser el mismo chico que en unos minutos antes había entrado.

Descaradamente, permanecimos mirándonos a los ojos sin decir ninguna palabra, y de repente, se sentó en la silla que tenía delante y sin tapujos me dijo: ¡Me encanta Noches Blancas!, pero, ¿cómo...?
Se quedó callado durante unos segundos mientras yo con una pequeña sonrisa le miraba. 
Comenzó a hablarme sobre la novela, me preguntó la parte que más me gustaba, si había terminado el libro... Él contestó por mí a todas las preguntas respondiendo que él ya se lo había leído unas cinco veces(al igual que yo), a él le gustó la segunda noche(al igual que a mí), y cuando la conversación iba a mejor, comenzó a preguntarme si solía venir por aquí ya que él frecuentaba mucho esta cafetería y nunca me había visto, pues hubiera reconocido a una chica tan guapa como yo. 
Sonrojada, le contesté que no, que estaba de paso y por el cansancio decidí acomodarme en un asiento y tomarme un café mientras leía tranquilamente. Disculpándose me dijo que no dejara de hablar, pero cada una de sus palabras hacían que  mi voz se escuchara menos. Únicamente quería pagar e irme rápidamente, pero no. Me quedé ahí, mirándole con mi media sonrisa como si nos conociésemos de toda la vida, como si frecuentásemos esta cafetería juntos para hablar de nuestro libro favorito.
A penas le escuchaba, pues solamente hacía gestos con los ojos y cejas mostrando atención  cuando en realidad me había sumergido mentalmente en aquellos ojos verdes. Mi pensamiento estaba en otro lado, en otro mundo y era: ¡Madre mía, podría hablar con él toda una vida!

Pero no  quisiera olvidar añadir que la vida está llena de sorpresas y cuando estás en un momento magnífico todo termina por alguna razón. Y fue...

De nuevo, la puerta se volvió a abrir y otra vez me distrajo, miré fijamente a esa dirección mientras él seguía hablando. Resultó ser una chica con tacones negros, vestida con un abrigo rojo y su larga melena castaña caía en su espalda mientras la movía con sus dedos. Repentinamente, comenzó a buscar con su mirada a alguien con quien supongo habría quedado.
Su mirada y la mía se cruzaron y empezó a dirigirse hasta mi mesa. Recuerdo que su mirada era penetrante sin quitarme los ojos de encima. 
En ese momento me di cuenta que era la acompañante del chico misterioso el cual, así de la nada y con total confianza se sentó en mi mesa a hablarme de su vida.

Ojalá...Ojalá nos hubiésemos conocido mucho antes. O tal vez....

El chico sorprendido ante la llamada de atención de la chica  tocando su hombro, rápidamente se levantó de la mesa poniéndose nervioso y procedió a darle dos besos en las mejillas mientras yo comencé a ser completamente una desconocida. Vale sí, ya lo era pero... Pero el interés que se había formado en nuestra conversación parecía que ya no le importaba. 

El chico misterioso antes de irse con ella, me volvió a mirar fijamente con su sonrisa y se dirigió presentándose. 

Su nombre era Javier y al mismo tiempo me dijo que se había alegrado de encontrarse por casualidad a una persona que le gustase de una manera inexplicable su libro favorito.
A pocos segundos se dio la vuelta cogidos ambos de los brazos hacia otra mesa.
Cuando se sentaron él y yo comenzamos a cruzar miradas, él reía con ella y luego me miraba con una pequeña sonrisa. Decidí irme. ¡Adiós! decía mi conciencia.
Así que, me levanté, puse el dinero en la mesa, el camarero amablemente me dio las gracias y al igual yo, cogí mi bolso y sin mirar hacia aquella mesa del fondo, salí por la puerta terminando con un suspiro en la boca que hacía que mi corazón se encogiera.
Y así fue como nunca más nos volvimos a ver. 

Nunca digas nunca.

Pasaron dos días y el sábado decidí antes de entrar al piso pasar por la cafetería Rosie's a la misma hora que conocí a aquel chico, Javier. Miré con determinismo por el escaparate pero francamente él no estaba sentado en ninguna mesa. Mi rostro serio pasó a ser un rostro triste. Y me dije en ese momento a mí misma que si pasaría una vez más  y no le volvería a ver, prometería nunca volver.
Precisamente así fue. Volví a pasar a la misma hora justamente el mismo día de la semana que nos vimos  por primera vez y.. Allí estaba él, sentado frente a una chica. Ésta no tenía el cabello largo y ni siquiera el color era castaño sino moreno. Era mucho más guapa que la chica anterior.

¿Con cuántas queda?- dije en mi cabeza. Tranquila, serán amigas...
¡Oye! ¿Qué te pasa? Si no lo conoces de nada y ni siquiera sabe tu nombre...Le podrías haber dado tu número, tonta, que eres tonta.
Mi conciencia me estaba regañando por no decir que yo misma me regañaba... Pero él seguía ahí, riendo y yo, yo permanecía fuera observándolo como una psicópata.

No obstante, miró hacia donde yo estaba, se quedó mirando con la misma mirada que me miró cuando se sentó frente a mí, era mágica,transmitía  en poco minutos confianza, seriedad. Se levantó de la silla, le dijo a esa chica la cual se quedó perpleja algo que   lógicamente no escuchaba y se dirigió hacia la puerta. Yo, ante ese momento, me giré y seguí andando por la calle. Él gritaba: ¡Espera, Espera! Pero no quería girarme porque si me giraba mi mundo cambiaba y por fin permanecía tranquilo.
Sin embargo, me cogió del brazo haciéndome parar y con cara extraña me quedé inmóvil ante su mirada. Miré hacia otro lado, volví a girarme y seguí andando mientras él me preguntaba por qué cuando no era yo la que tenía que responder a eso. Y yo, desde en mi cabeza mirándole fijamente a sus ojos respondí: debiste haberme reconocido aquella tarde porque hoy ni siquiera eres capaz de reconocerme.


CONTINUARÁ....
                                                                                                                NN.